lunes, 24 de mayo de 2010

LOS PRIMEROS DE LA ÚLTIMA DIVISIÓN

Por José Prieto, desde ESPAÑA.

Retransmisión simultánea de dos partidos de fútbol, uno de la primera división española, el otro de la última.



“La entrada es gratis pero, si quieres, puedes comprar boletos para el sorteo que se hace en el descanso. Sorteamos un kilo de café y una botella de licor café”.


Domingo 20 de diciembre de 2009, a las 16 horas en el estadio de A Gándara, sobre el campo de césped artificial, se enfrentan el equipo local, el Bertón, líder de la tercera división autonómica de fútbol contra el Moeche, séptimo en la clasificación.

Sábado 19 de diciembre de 2009, a las 22,00 horas. La Sexta Televisión emite gratis y en abierto desde el Santiago Bernabeu el partido que enfrenta al Real Madrid y al Real Zaragoza.

Cielo despejado y cinco grados de temperatura en el estadio de A Gándara, en el momento en el que saltan al campo los veintidós jugadores del choque junto con el colegiado encargado de arbitrar el encuentro. En la tercera división autonómica, última de las divisiones del fútbol español, el árbitro pita en solitario ya que no dispone de jueces de línea.

En el estadio amurallado por bloques de cemento, situado entre la avenida principal de un polígono comercial y una ladera de unos seis metros, en cuya cima hay otro estadio situado a mayor altura, se hallan en el momento del pitido inicial una veintena de personas, repartidas a lo largo y ancho de la barandilla de metal que rodea el terreno de juego, a un metro de distancia de la línea de fuera de banda.

Alrededor de ochenta mil espectadores presentes en el Santiago Bernabeu, más una audiencia estimada de tres millones de televidentes, contemplan la salida de los jugadores del Real Madrid y del Real Zaragoza.

Comienza el partido en A Gándara: “Tócala, tócala”. “¡Salimos!”. “Cierra, cierra”. “Solo, solo”. “Atentos, eh”. “El nueve, coge al nueve, coño”. “Arbi (Así se dirigen al árbitro), que se lo lleva con la mano”.



El Bertón ejerce de líder en los primeros minutos del encuentro, dominando el centro del campo, tocando el balón con criterio y creando algunas ocasiones de gol. El equipo visitante, el Moeche, cuenta con el apoyo de seis chicas, hermanas y novias de algunos de los jugadores, que animan puntualmente: “Corre Dani que es tuya”. Y que también meten presión al árbitro increpándolo en cada decisión: “¡Árbitro! ¿No ves que lo está empujando? ¿Eres tonto o qué?”.

El resto de los aficionados no se expresa ni el grupo de tres chavales de las categorías inferiores, ni los otros dos muchachos que comentan entre sí sobre la calidad del Barcelona, ni el resto de los solitarios hombres de mediana edad salpicados por la barandilla.

En la retransmisión televisiva no se escuchan los comentarios de los jugadores, y la voz del público se percibe colectivamente, como un único y grueso rugido: “¡Madrid, Madrid, Madrid!” o “¡Puta Barsa y puta Cataluña!”.

En el minuto cuatro, Higuaín adelanta al Real Madrid con un disparo cruzado que es repetido en televisión desde cuatro ángulos de cámara diferentes y a diversas velocidades. Pocos minutos más tarde el argentino repite marcando después de una gran jugada de vaselina, lo que provoca gran alborozo en el público y en los comentaristas.

En A Gándara, en pleno dominio del Bertón, en el minuto veinte, una jugada de contraataque del Moeche entre su número nueve, sorprendentemente rápido y eficaz, a pesar de su físico claramente pasado en al menos quince kilos, y el espigado número diez, es culminado por este último con un gran disparo a la escuadra izquierda. Gran regocijo de los jugadores del Moeche y de sus seis animadoras. El Bertón pierde confianza en sí mismo, pierde el control del balón y el Moeche, con la autoestima en alza, se hace dueño del partido hasta que el árbitro pita el final del primer tiempo.

Van der Vaart marca el tercero para el Real Madrid. El Zaragoza parece desarbolado y con este resultado se llega al descanso, que da paso a diez minutos de spots de publicidad.

En A Gándara se realiza el sorteo del café en versión grano y versión licor. En el chiringuito de ladrillo revestido de blanco, de veinte metros cuadrados, adornadas sus paredes con fotografías de las alineaciones del Bertón en sus distintas épocas, se realiza el sorteo, que resulta desierto al no aparecer el dueño del boleto premiado.



En la tercera división autonómica los jugadores no perciben dinero alguno. En caso de ascender, las cosas cambian, pues en segunda autonómica pueden ya cobrar en torno a los cincuenta euros por partido ganado. Estas cifras aumentan categoría a categoría, en primera autonómica, regional preferente, tercera división, segunda división B, segunda A, y finalmente en primera división, donde el convenio colectivo garantiza una cantidad mínima a cada jugador de cien mil euros anuales más primas y bonificaciones que, en casos como el de Messi o Cristiano Ronaldo, llega a alcanzar los diez millones de euros anuales, sin contar los ingresos por publicidad y distintos usos de sus derechos de imagen.

Comienza la segunda parte en A Gándara y el Bertón sale dispuesto a remontar y, en efecto, los primeros minutos de presión y convicción dan sus frutos con el gol del empate, que convierte el fino rubio, zurdo y técnico número once con un toque sutil que bate al portero del Moeche. Un hombre solitario de unos sesenta años, que había estado callado todo el encuentro, aplaude el gol y anima al líder: “Venga, así, vamos, vamos”. Van der Vaart marca su segundo gol repetido a cámara lenta, y el Bernabeu es una fiesta.

El Bertón aprieta y las ocasiones se suceden. El lateral izquierdo recibe de las manos de un espectador el balón para que saque de banda. El lateral, a ciento y muchas pulsaciones, sudoroso y jadeante, tiene tiempo para decirle al espectador: “Gracias”.

Éxtasis en el Bernabeu. Cristiano Ronaldo, tras dos regates en el área marca el quinto de la noche. Primer plano de la sonrisa del portugués, tremendamente feliz por el golazo que repiten en televisión esta vez en seis ocasiones.

El partido de A Gándara, hasta entonces exquisitamente deportivo, se endurece un tanto. El árbitro se dirige al lateral izquierdo del Moeche: “¡Cállese, hombre!”. Lo que provoca en este una reacción furibunda y amenazante: “¡A mí no me hables así, eh, no me hables así!”. Afortunadamente sus compañeros consiguen calmarlo y la situación se soluciona con una tarjeta amarilla. Siguen las ocasiones para el Bertón a la vez que el sol se ha ido y la temperatura ha bajado unos grados.

En la televisión, primer plano de Cristiano eufórico, de Peregrini satisfecho, de Raúl calentando, de Casillas relajado, de Marcelo disfrutando.

Minuto cuarenta y dos de la segunda parte en A Gándara, en la única aproximación con peligro, contraataque del Moeche, y el regordete suplente que había salido minutos antes, bate por alto al guardameta local.

Últimos minutos a la desesperada por parte del Bertón, pero no hay tiempo para más y el árbitro pita el final del partido. Los jugadores se saludan deportivamente, más apesadumbrados los locales, y se dirigen en su mayoría a la especie de barracón de ladrillo revestido de blanco que contiene los vestuarios con bancos de madera y las duchas colectivas. Algunos se demoran algo más, concretamente algunos jugadores del Moeche que se acercan a la barandilla a saludar a sus novias y hermanas. Las novias y hermanas de los locales parece que hoy no han venido.



Final en el Bernabeu. El público despide con gran ovación al equipo local y los comentaristas televisivos finalizan su retransmisión anunciando la película que a continuación emiten en la misma cadena.

El Bertón ha perdido el liderato de la tercera división autonómica debido a su derrota y a la victoria de sus rivales directos.

El Real Madrid mantiene su pulso con el Barcelona en los primeros puestos de la llamada Liga de las Estrellas.

Al día siguiente, todos los diarios nacionales deportivos y no deportivos, todas las emisoras de radio y todos los noticiarios de todas las cadenas de televisión dedican miles de páginas, de palabras y de imágenes a la victoria del Real Madrid, incluidas multitudinarias entrevistas a los protagonistas del evento y tertulias de varias horas de duración

En una página interior de un periódico local de Ferrol se puede leer: Bertón 1-Moeche 2

“Yo no es por hablar de mí, pero yo jugué en el Arteixo, de primera autonómica, y una vez me vio jugar Arsenio, aquel entrenador que ganó la liga de primera división con el Deportivo de la Coruña. Estuve a punto de hacer una prueba en el Deportivo, pero no me dejaron por medir menos de 1, 75.” (Portero del Bertón que este día no pudo jugar por estar sancionado y que regenta un taller de mantenimiento de automóviles)





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JOSÉ PRIETO (Narón. Galicia. ESPAÑA, 1967) Después de 20 años guardando escritos en la mesita de noche, decide convertirse en estrella del rock y apuntarse a clases de guitarra. Al no quedar plazas en guitarra se apunta en clases de teatro. Durante los 20 años siguientes y hasta hoy, trabaja de actor, autor y director. Actualmente busca profesión para los próximos 20 años.
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