La historia de Elías Figueroa, un chileno igual a Madonna que llegó a las páginas del diario inglés The Sun.
La mañana del 14 de julio, Elías Figueroa dormía profundamente en su pequeño departamento. Como había trabajado la noche anterior en una discotheque como imitador de Madonna, estaba muy cansado y no pretendía levantarse temprano. Pero de pronto, su celular empezó a sonar y Elías se despertó.
-Hola, ¿con Elías Figueroa? Te estamos llamando de Chilevisión Noticias –dijo una voz de mujer al otro lado del teléfono. Inmediatamente, una idea pasó a la velocidad de la luz por su cabeza: “¿¿¿qué le pasó a Madonna???”. Elías pensó que la reina del pop había sufrido un accidente, o que incluso podría haber muerto, y que por eso lo estaban llamando a él, el doble oficial de Madonna en Chile.
Pero estaba equivocado. Esta vez el protagonista de la historia era él. The Sun, el diario londinense de farándula más importante del mundo, había publicado una nota sobre su vida. Además, otros tres periódicos ingleses también llevaban su historia aquel día. “Yo pregunté ¿dónde están?, y la periodista me dio las páginas. Corrí a meterme a Internet, y cuando lo vi no lo podía creer”, recuerda emocionado.
Like a prayer
Aunque parezca imposible, Elías nació hace 28 años en el seno de una familia humilde y profundamente evangélica. Su padre, un fanático del fútbol, aprovechó el apellido Figueroa para ponerle a su hijo el mismo nombre que el mejor futbolista chileno de todos los tiempos: Elías Figueroa, jugador de la selección entre 1966 y 1982. Además Elías es un nombre bíblico, por lo que la familia, muy religiosa y conservadora, no lo pensó dos veces. “Me pusieron así para que fuera futbolista o pastor de iglesia”, cuenta divertido.
Pero Elías nunca jugó fútbol y creció como un chico rebelde. Cuando tenía sólo 12 años empezó a escuchar a Madonna y se convirtió en fanático, pese a la oposición de su madre. “Mi mamá era súper cristiana, y en esa época Madonna era terrible, muy polémica, pero yo la escuchaba igual, escondido. Y bailaba como ella, también escondido”. Más tarde, Elías asumió su homosexualidad, y empezó a imitar a la reina del pop en cumpleaños de gente del barrio. “Con un amigo, salíamos a carretear e imitábamos a las cantante de moda en ese tiempo, yo a Madonna y él a Cyndi Lauper. Me llamaban la atención los brillos, las lentejuelas, la televisión. Yo siempre pensé en hacerme conocido y pisar escenarios importantes”.
Fue ahí cuando Elías se dio cuenta de que su estilo de vida ya no encajaba con el de su familia. “Me sentía encerrado en una burbuja, porque cuando mis amigos me llamaban mi mamá me negaba, y no podía salir. Entonces decidí irme de la casa”. Y se fue. Tenía 17 años y aún no terminaba el colegio, así que se puso a trabajar de día en cosas relacionadas a la confección de vestuario, mientras por la noche asistía a clases.
Tiempo después, empezó a trabajar en discotheques como transformista y comenzó a profesionalizar su show de Madonna poco a poco. Pero hubo algo que lo marcó. El año 2001, Elías se inscribió en el concurso de talentos de la discotheque gay Bokhara. Primero, ganó el día que compitió. Luego ganó la final del mes. Y por último, fue coronado el mejor del año. “Ahí dije ´ya, esto es lo mío´”. De eso, ya han pasado ocho años.
Music
Hoy es jueves, y Elías está inmerso en su rutina. Dentro de su pequeño departamento frente al Parque O’Higgins, suena a todo volumen el repertorio completo de Madonna. Él no está maquillado, pero igual parece una mujer; es imposible obviar su largo pelo rubio escondido en un gorro, o sus cejas perfectamente depiladas. Pero más que nada, es imposible obviar el hecho de que realmente se parece a Madonna. Sin lentes de contacto, sin pestañas postizas, sin delineador ni iluminador, incluso sin base ni brillo en la boca, Elías igual tiene un gran parecido con la reina del pop. Por lo menos, más que cualquier otra persona.
Con varios afiches de él y de Madonna en la pared, entre los que no se ve mucha diferencia, Elías escucha la música de su ídola, mientras cose incansablemente. Es él quien se confecciona su propio vestuario, y también el de sus dos bailarines. Diseños que recorren los casi 30 años de carrera de Madonna están guardados en su closet. Cada vez que la cantante saca un nuevo video o hace una nueva aparición, Elías está pendiente de copiar el atuendo a la perfección; recorre las calles de Santiago hasta encontrar la tela precisa y los zapatos exactos, que si no existen se los manda a hacer. “Todos los trajes me los hago yo, porque es la única forma de sentirme conforme. Lo mismo me pasa con el maquillaje y con mi pelo, soy súper perfeccionista. Me traumo cuando me peinan y no quedo igual”, cuenta el transformista. Por eso, además de hacerse la ropa, Elías también se maquilla él mismo y muchas veces también se peina. La tintura del pelo es lo único que no se hace él, pero siempre va donde un peluquero amigo que es fanático de Madonna, y que se lo deja “exactamente de su mismo color”.
Cuando cose, sus dos perras lo acompañan. Se llaman Lourdes, como la hija mayor de la cantante, y Maverick, como su sello discográfico. Se nota que Lourdes, una poodle, es más regalona; mientras Maverick está encerrada en la pieza ella corre libremente por el salón donde Elías está cosiendo. Suena Like a virgin. Lourdes se sube a los sillones, salta de uno a otro y chupa todo lo que encuentra. Hasta que Elías se cansa.
-Lourdes, te has portado súper mal, te voy a ir a encerrar –la amenaza con voz de enojo falso-. Además mírate, estás toda despeinada.
Pero Lourdes, con dos moñitos de elástico rosado en la cabeza, está más peinada que cualquier otro perro en el mundo.
En el computador suena Material Girl, y una copia perfecta del vestido dorado con corpiños cónicos del Blond Ambition Tour, diseñado por Jean Paul Gaultier, descansa sobre una silla. Elías explica que para él, su look es la clave del éxito de su show, y que por eso la mayor parte de su tiempo la ocupa en coser. “Como no canto, estoy todo el día concentrado en la confección del vestuario. También me preocupo de la coreografía, de la gesticulación, de los movimientos, de copiar y de ser lo mas semejante posible”. El baile tampoco era su fuerte, pero ahora trabaja con un coreógrafo. Gracias a esta dedicación, su agenda está llena de eventos y se puede dar el lujo de rechazar unos y elegir otros. Mientras cose, su teléfono suena insistentemente, hasta que Elías contesta:
-Alo.
-…
-Sí, Gonzalo, ¿cómo estás?
-…
-Bien.
-…
-Ehh, mal, mal. Sí.
-…
-No, porque estamos súper comprometidos y no pudimos echar ninguna chiva (mentira), así que no, no, no, no puedo hacer ese evento.
-…
-Sí, porque nos avisaron muy tarde.
-…
-Ya, igual gracias en todo caso.
-…
-Sí poh, obvio.
-…
-Gracias Gonzalo, chao.
Give it 2 me
Madonna cantó en Santiago de Chile el 10 y el 11 de diciembre de 2008. No es coincidencia que ésos hayan sido los días más importantes en la vida de Elías. No sólo porque haya ido a ambos conciertos en cancha vip (cada entrada para esa localidad costaba alrededor de U$300), si no porque como Madonna no dio entrevistas ni habló con nadie, Elías era lo más cerca que la gente podía estar de la cantante del momento. Gracias a esto, el transformista se paseó por casi todos los medios de comunicación; dio entrevistas en muchos programas, habló por la radio y apareció en casi todos los diarios. Era la Madonna chilena, la única que el público podía ver y tocar de verdad.
Elías no pidió nada a cambio de sus apariciones, y la gente se lo tomó con naturalidad. Total, nadie cobraría por tener 15 minutos de fama. Pero él tenía un motivo personal que nunca reveló en cámara. “Mi propósito no era hacerme conocido como Madonna. Yo quería que cuando me entrevistaran por televisión, los del staff de Madonna me vieran y me pudieran hacer un enlace para estar con ella”. Eso era lo que Elías soñaba esos días. “O que a lo mejor la misma Madonna hiciera zapping y dijera ´oh, este niñito que es loco´, no sé, algo así”. Elías quería que la cantante supiera de él. Sobre todo, que supiera que él era un transformista, que era un hombre que la imitaba. “Para mí es como un esfuerzo doble, porque yo no soy mujer. Y he tenido que cambiar cosas que son más difíciles de cambiar para un hombre, como mi apariencia, que no es tan masculina como podría ser. Pero lo hago para que la gente se impresione de la caracterización, me sacrifico. Me gustaría que Madonna se diera cuenta de eso, de que yo me dedico un poquito a hacer lo que ella hace. Obviamente no haciéndolo como mi persona, sino como su persona”, reflexiona.
Más que una doble vida, la de Elías es triple: también se hace llamar Carolina Baily. El transformista cuenta que esto, junto al furor que ha despertado su caracterización de Madonna, le ha traído algunos problemas. “Yo me levanto escuchando y viendo a Madonna, y mi vida de Elías como que ya no existe. Me llaman por teléfono y me dicen Elías, o Baily, o Madonna. Ya no sé quien soy. No sé si soy Madonna todo el día, o si lo soy sólo en la noche. Como que tengo un conflicto con mi vida, porque muchas veces no sé si la gente se me acerca por mi persona o por Madonna”.
Who´s that girl
¿Cómo llegó Elías a las páginas de The Sun sin siquiera saberlo? Un par de semanas antes de la publicación de la nota en el tabloide británico, a Elías lo contactaron para tomarse unas fotos. Pagaban “muy bien”, y le dijeron que eran para una revista de afuera. “La verdad es que era todo muy difuso. Yo pensé que a lo mejor eran para México, Argentina o Perú, pero nunca pensé que para Londres”, explica él.
Y aceptó. Lo pasaron a buscar a su departamento en el centro y lo llevaron a un estudio fotográfico en Nuñoa. Ahí le sacaron fotos vestido de Madonna con un fondo blanco, las mismas que luego publicaron los diarios ingleses. Al final de la sesión, le dijeron que tenían que hacerle un par de preguntas, y Elías las respondió de buena gana. Un mes más tarde, estaba en los diarios londinenses.
Después del llamado de Chilevisión Noticias, su teléfono no paró de sonar. Su facebook se llenó con más de 150 saludos y casi todos los medios querían entrevistarlo. Pero Elías no tuvo tiempo para asimilar lo que estaba pasando. Se levantó, se maquilló como Madonna lo más rápido que pudo (suele demorarse cerca de una hora), y los periodistas empezaron a llegar a su casa. “Jamás pensé que fuera para un diario tan conocido. Me dijeron que Pinochet era el único chileno que había salido ahí. Imagínate, que los únicos chilenos hayamos sido Pinochet y yo, es como algo extraño”, reflexiona meses más tarde.
Pero ese día de julio, a pesar de la emoción de la noticia, también hubo cosas de la nota de The Sun que no le gustaron a Elías. “Pusieron que yo era un chico pobre que imitaba a Madonna. Por poco les faltó decir que era un indio que imitaba a la gringa. También pusieron travesti, que es muy distinto a transformista o transformación. Acá en Chile asusta mucho esa palabra, es muy fuerte”, recuerda con molestia. Pero su cara cambia cuando cuenta que a raíz de la nota en Londres, apareció en varias páginas de fanáticos de Madonna alrededor del mundo. “Aparecí en paginas de Francia, y en una de España en la que decían que Almodóvar me quería conocer. ¡Que Almodóvar me quería conocer! Que quería saber de mí, saber que tan perfecta era mi caracterización”, cuenta al borde del éxtasis.
Esta vez, Elías cree que logró su objetivo. Que Madonna por fin supo de él. Que la reina del pop vio la noticia en Londres, o que alguien que la conoce la leyó y se lo comentó. A él le dijeron que estuviera preparado, que fuera paciente, que parece que en Londres querían ver su show. “Pero no ha pasado nada con eso. Igual me hubiera gustado mucho ir”, admite un poco decepcionado.
Elías sabe que llegar a actuar en Inglaterra no es algo fácil de lograr, menos viviendo en un país tan lejano como Chile, donde ni siquiera se pudo conseguir los originales de los diarios en la embajada británica. Por eso, no puede dejar de pensar en irse. “Quiero emigrar luego a otros países. Me encantaría irme a España o a Londres. Creo que afuera valorizan más esto, además que yo me parezco mucho”. Elías ha visto a los dobles de otros países en youtube y asegura ninguno se parece tanto como él. “Me sorprendió que afuera se dieran cuenta de que yo me parecía, y más encima siendo hombre. Yo creo que eso a ellos les llamo la atención. Porque a lo mejor puede haber mujeres que se parezcan a Madonna, hay una gringa que canta igual y se parece mucho, pero es mucho más impactante ver a un hombre imitándola”.
IGNACIA URIBE. Periodista y Directora Audiovisual de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Viajera incansable, intenta cumplir la meta de conocer 50 países a los 25 años. Actualmente realiza documentales independientes.
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Próximo taller febrero 2010. Inscripciones en oficinaportatil@gmail.com
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Me pareció increíble el reportaje... Un hallazgo.
ResponderEliminarTiene muy buen ritmo y lo que se cuenta provoca gran interés en el personaje.
Felicitaciones a esta joven periodista.
provocativo, impactante la imagen generada en el relato. Un personaje único, y tenía que ser chileno...saludos!
ResponderEliminarTa bueno, parece mentira la historia. Acá en Inglaterra todo el mundo lee The Sun, así que de verdad que medio país debe haber leído sobre don Elías.
ResponderEliminarSL2
Lomper
Me gusto mucho esta crónica-reportaje, es como si fueras la sombra del personaje y fueras testigo único de cada acción que Elías realiza, en verdad un trabajo cálido y acojedor, saludos desde Orizaba, Veracruz México, aqui tambien se hace periodismo pero hace falta del portátil, un abrazo
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